domingo, 1 de febrero de 2009

Less than perfect

El otro día fui a hacerme el desayuno;abrí el armario de la cocina, y frente a mí habían cuatro tazas exactamente iguales, excepto por una: un pequeño pedacito del borde se había roto, una vez cuando lavaba los platos con demasiada energía.
Sin dudarlo, elegí la taza dañada, y ahí preparé mi café.
Luego, me pongo a pensar y me doy cuenta de que soy más feliz cuando pequeños detalles en mi vida son defectuosos. Ya sea dejarme puesto un esmalte de uñas hasta que se descascare, o nunca coser el agujero en la pierna de mi pantalón favorito (aunque sea plenamente consciente de su existencia), siento que este tipo de cosas están en armonía conmigo y con quién soy: un ser humano imperfecto, que a pesar de mis muchas virtudes, sigo siendo un trabajo en pleno proceso, un asunto sin terminar, alguien que se equivoca y que desea poder algún día encontrar el pedacito de cerámica que le falta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario